Las Navidades son días muy especiales para pasar en familia y generalmente en casa, pero por qué no plantearse unas Navidades diferentes que seguro recordarás para siempre...
Viajar en unas fechas señaladas como son las Navidades o pasar una Nochevieja fuera de tu país tiene el encanto de descubrir otra cara de los lugares visitados y de conocer otras costumbres, es en este momento del año cuando las ciudades se engalanan y brillan más que nunca haciendo que la magia de la Navidad inunde las calles, y dándoles así un toque especial, difícil de ver en otro momento de año.
¿Nunca has soñado con unas Navidades diferentes o tomarte tus uvas en algún otro lugar del planeta?
En busca de unas Navidades diferentes...
Cuando hablamos de Navidad, siempre nos imaginamos la misma estampa navideña, un gran árbol de navidad, muchas luces y a ser posible todo bien nevado... pero por qué no plantearse unas Navidades diferentes: Un sitio donde haga un
tiempo atípico de invierno, donde el sol brille todo el día , y la temperatura
permita hasta bañarte en esta época del año. Confieso que siempre he tenido ganas, al menos un año, de poder hacer esto, y por fín el año pasado fue posible en Lanzarote
Una cena de nochebuena en una terraza con vistas al Puerto y sin chaqueta puesta no tiene precio, sobretodo cuando vienes de la Península con doscientas capas como las cebollas y cansado del mal tiempo. Es divertido y una sensación rara, poder ir a la playa y ver a la gente con el gorro de Navidad. El espíritu navideño, de algún modo sigue estando ahí, pero de manera diferente, es en definitiva, otra manera de pasar las Navidades, y ya no te digo cuando regresas con un bronceado en pleno invierno que despierta la envidia de muchos ;-)
Viajar en unas fechas señaladas como son las Navidades o pasar una Nochevieja fuera de tu país tiene el encanto de descubrir otra cara de los lugares visitados y de conocer otras costumbres, es en este momento del año cuando las ciudades se engalanan y brillan más que nunca haciendo que la magia de la Navidad inunde las calles, y dándoles así un toque especial, difícil de ver en otro momento de año.
¿Nunca has soñado con unas Navidades diferentes o tomarte tus uvas en algún otro lugar del planeta?
Una cena de nochebuena en una terraza con vistas al Puerto y sin chaqueta puesta no tiene precio, sobretodo cuando vienes de la Península con doscientas capas como las cebollas y cansado del mal tiempo. Es divertido y una sensación rara, poder ir a la playa y ver a la gente con el gorro de Navidad. El espíritu navideño, de algún modo sigue estando ahí, pero de manera diferente, es en definitiva, otra manera de pasar las Navidades, y ya no te digo cuando regresas con un bronceado en pleno invierno que despierta la envidia de muchos ;-)