Seguimos con nuestras vacaciones de Navidad en la Gran Manzana!
27 de diciembre 2012
Después de la reventada del primer día, hoy íbamos a "intentar" dosificar un poco las fuerzas ya que quedaban aún varios días por delante.
Hoy empezaríamos por la zona financiera situada en Lower Manhattan, así que para no comenzar la mañana con grandes pateadas nos dirigimos a Grand Central Station para coger un tren que nos acercara. Había que darle uso a la MetroCard ;-) Y así descubríamos esa impresionante y "señorial" estación que esperamos ver el primer día (aún me pregunto que salida cogeríamos el primer día...)
El gran hall de Vanderbilt estaba lleno de gente enfrascada en sus cosas que corría de un lado a otro, gentes de negocios con sus maletines que iban y venían, gente que iban solo hacer compras o comer en las tiendas comerciales de la estación, y de turistas que como nosotros buscaban en los mapas que líneas coger o que simplemente querían conocer esta inmensa estación, digna de una visita.
Cogimos la línea verde que nos acercaba hasta la zona financiera, aunque decidimos bajarnos un poco antes, cerca del City Hall, para conocer algunos barrios del oeste del Lower Manhattan, y que estaban muy próximos unos a otros como el Soho, Greenwich Village y Tribeca.
El Soho fue un barrio que hace años estaba muy de moda, y en el que hoy en día abundan las boutiques y galerías de arte. Tiendas que yo digo son solo para "ver" o para la próxima que sea un poco más rica...
Greenwich Village, quizás el barrio más bohemio y tranquilo de los tres. Después de venir de la locura del Times Square parece que estás en otra ciudad , vecindarios muy tranquilos de casas bajas, con pequeñas y apetecibles cafeterías donde sentarse a tomar un café caliente, y de las que no pudimos resistir la tentación de entrar en una de ellas.
Y Tribeca, es el barrio más chic y está muy próximo a la zona financiera. Seguro que si vamos con tiempo y tenemos suerte veremos algún que otro famoso por sus calles.Yo intenté fijarme pero no hubo suerte...
Un paseo por esta zona, que al final nos llevó casi toda la mañana. La dosis de pateadas había sido completada ya en las primeras horas del día, a pesar de haber cogido transporte hasta allí.
Hay un límite de personas que pueden acceder a la zona, y todo está muy controlado, teniendo que pasar zonas de seguridad. Aquí fue la primera cola larga que tuvimos que hacer, casi tres cuartos de hora para entrar.
El Nuevo World Trade Center apunto de acabar sus rascacielos entorno a un parque, el 911 Memorial , fue quizás lo que más me impresionó. Dos inmensos agujeros cuadrados que hacen de estanques de agua en el lugar exacto donde estaban las Torres Gemelas. Por sus paredes emana el agua simulando cascadas y los nombres de los más de 3000 fallecidos aparecen grabados en las placas de bronce que hay en el borde de los estanques. Un parque bonito, emotivo pero que cuando lo ves no deja de recorrerte un escalofrío por lo sucedido en este lugar.
Finalizada la visita nos fuimos a pasear por calle más importante de toda el distrito financiero, Wall Street, donde se encuentra la Bolsa de Nueva York, el epicentro de la economía mundial. Desde los atentados del 11-S no se puede visitar la Bolsa por el tema de la seguridad, así que probablemente más de uno se quedará con las ganas...
El Nuevo World Trade Center apunto de acabar sus rascacielos entorno a un parque, el 911 Memorial , fue quizás lo que más me impresionó. Dos inmensos agujeros cuadrados que hacen de estanques de agua en el lugar exacto donde estaban las Torres Gemelas. Por sus paredes emana el agua simulando cascadas y los nombres de los más de 3000 fallecidos aparecen grabados en las placas de bronce que hay en el borde de los estanques. Un parque bonito, emotivo pero que cuando lo ves no deja de recorrerte un escalofrío por lo sucedido en este lugar.
Finalizada la visita nos fuimos a pasear por calle más importante de toda el distrito financiero, Wall Street, donde se encuentra la Bolsa de Nueva York, el epicentro de la economía mundial. Desde los atentados del 11-S no se puede visitar la Bolsa por el tema de la seguridad, así que probablemente más de uno se quedará con las ganas...
Muy cerquita de allí también encontramos el icono de este distrito financiero, el Toro de Wall Street. Una escultura de bronce de 3.200 kg. que representa el optimismo, la agresividad y la prosperidad.Un pedazo toro apunto de embestir que casi pasó desapercibido debido a la gran cantidad de gente que había alrededor. Supongo que lo suyo sería hacerse la foto con la cara del Toro pero como nos fue imposible nos conformamos con los huevos!
A posteriori nos enteramos que tocar el hocico o los huevos del Toro da suerte y prosperidad económica, aunque esta última después de un año podemos decir que sigue igual...
La tarde empezaba a echarse encima y un MUST que no puede faltar en una escapada a Nueva York es subir al Top of the Rocks, así que cogimos la linea roja de metro que nos devolvía a Midtown Manhattan a la altura de Times Square.
El Top of the Rock es el observatorio que hay en el Rockefeller Center y desde el que se obtiene una panorámica de 360º de la ciudad de Nueva York. En mi opinión uno de los mejores momentos es cuando ya ha oscurecido, porque si hay un momento del día en el que la ciudad está francamente bonita es por la noche con todos sus rascacielos iluminados.
Si se tiene el CityPass o NYC no será necesario hacer colas para sacar la entrada, si no preveer 1h. o más dependiendo de la hora que queráis ir. Aún así será necesario recoger en otra ventanilla el pase con la hora de acceso. A nosotros nos la dieron para las 7 p.m, una hora y media más tarde de cuando llegamos, así que aprovechamos para darnos una vuelta por el Rockefeller Center que estaba un poco más desahogado que el día de Navidad.
Desde luego no se puede decir que no rebosa ambiente navideño...
Y en esta ocasión conseguimos llegar a ver la famosa pista de patinaje. Ahora no había tiempo de patinar porque íbamos a subir al Top of the Rocks, pero antes de irnos de Nueva York quería probar sí o sí.Ya veríamos como se me daba...
Y con el Top of the Rocks pusimos final a un segundo día agotador en la ciudad que nunca duerme.
28 de diciembre de 2013
Hoy vuelve amanecer temprano y aunque el día está muy frío, el cielo está totalmente despejado.
Estamos cerca del Empire State y hace muy poco que han abierto, así que aprovechamos para ir ya que estamos en el ecuador del viaje, y por unas cosas o por otras hemos ido dejando esta visita. Llegamos hacia las 9.00 y casi que somos de los primeros en subir, apenas hay media docena de personas esperando. Podría decirse que tardamos más en pasar el laberinto que han creado con cintas para las infinitas colas, que en pasar por la puerta. Se me hace casi imposible pensar todo esto lleno de gente! Tenemos que pasar un control de seguridad y me requisan el mini-tripode (supongo que será por si pretendo abrir la cabeza a alguien lanzándolo desde arriba...)
La entrada incluye un audio-guía en español. Reconozco que a mi todo lo de audio-guías no me va mucho...sí, te dan mucha información de lo que ves, pero a veces prefiero dejarme simplemente llevar por el lugar, pero en este caso me pareció más que interesante. La entrada es para la planta 86, se puede pagar un extra y subir a la 102, aunque creo que las vistas son más que buenas ya desde la 86, supongo que será más de lo mismo pero todo más chiquitito jejejej
Llevábamos dos días pateando la ciudad de Nueva York y subir el tercer día era buscar con la mirada todo aquello que habíamos visto, los lugares visitados y los que nos quedaban por visitar, poner historia a cada uno de esos rascacielos que veíamos y al mismísimo Empire State donde estábamos. Un edificio que en el momento de construirse rivalizaba con otros dos más, entre ellos el Chrysler Building por ser el más alto de la ciudad, status de poder y dinero.Ni la antena de 60 metros que el edificio Chrysler se guardó hasta el último momento para conseguir el título impidió que cuando el Empire State fuese terminado este le robara el título, el cual conservó durante casi 40 años hasta que llegaron las famosas Torres Gemelas.
Tras el atentado del 11-S volvió ha convertirse en el edificio más alto, pero no duró mucho tiempo pues con la construcción apunto de terminar del Nuevo World Trade Center o también conocida como Freedom Tower (Torre de la Libertad) pasaba de nuevo a segundo lugar.
Ahora queríamos volver cerca de donde habíamos estado ayer en Lower Manhattan, pero esta vez conoceríamos la parte este. Nuestra intención era pasear por el famoso puente de Brooklyn y llegar hasta el otro lado.
Desde luego no se puede decir que no rebosa ambiente navideño...
Y en esta ocasión conseguimos llegar a ver la famosa pista de patinaje. Ahora no había tiempo de patinar porque íbamos a subir al Top of the Rocks, pero antes de irnos de Nueva York quería probar sí o sí.Ya veríamos como se me daba...
28 de diciembre de 2013
Hoy vuelve amanecer temprano y aunque el día está muy frío, el cielo está totalmente despejado.
Estamos cerca del Empire State y hace muy poco que han abierto, así que aprovechamos para ir ya que estamos en el ecuador del viaje, y por unas cosas o por otras hemos ido dejando esta visita. Llegamos hacia las 9.00 y casi que somos de los primeros en subir, apenas hay media docena de personas esperando. Podría decirse que tardamos más en pasar el laberinto que han creado con cintas para las infinitas colas, que en pasar por la puerta. Se me hace casi imposible pensar todo esto lleno de gente! Tenemos que pasar un control de seguridad y me requisan el mini-tripode (supongo que será por si pretendo abrir la cabeza a alguien lanzándolo desde arriba...)
La entrada incluye un audio-guía en español. Reconozco que a mi todo lo de audio-guías no me va mucho...sí, te dan mucha información de lo que ves, pero a veces prefiero dejarme simplemente llevar por el lugar, pero en este caso me pareció más que interesante. La entrada es para la planta 86, se puede pagar un extra y subir a la 102, aunque creo que las vistas son más que buenas ya desde la 86, supongo que será más de lo mismo pero todo más chiquitito jejejej
Llevábamos dos días pateando la ciudad de Nueva York y subir el tercer día era buscar con la mirada todo aquello que habíamos visto, los lugares visitados y los que nos quedaban por visitar, poner historia a cada uno de esos rascacielos que veíamos y al mismísimo Empire State donde estábamos. Un edificio que en el momento de construirse rivalizaba con otros dos más, entre ellos el Chrysler Building por ser el más alto de la ciudad, status de poder y dinero.Ni la antena de 60 metros que el edificio Chrysler se guardó hasta el último momento para conseguir el título impidió que cuando el Empire State fuese terminado este le robara el título, el cual conservó durante casi 40 años hasta que llegaron las famosas Torres Gemelas.
Tras el atentado del 11-S volvió ha convertirse en el edificio más alto, pero no duró mucho tiempo pues con la construcción apunto de terminar del Nuevo World Trade Center o también conocida como Freedom Tower (Torre de la Libertad) pasaba de nuevo a segundo lugar.
Después de estar más de una hora a esas alturas el frío empieza hacerse insoportable, así como la inmensa cantidad de gente que empezaba a haber, así que hora de seguir nuestra ruta y dejar las alturas. Es entonces cuando me doy cuenta al bajar que no he recogido el trípode pero hay tal cantidad de gente que tengo que decir que me dejen pasar para poder recogerlo. La cola salía a la calle! De haber llegado a esa hora hubiéramos definitivamente perdido la mañana!
Ahora queríamos volver cerca de donde habíamos estado ayer en Lower Manhattan, pero esta vez conoceríamos la parte este. Nuestra intención era pasear por el famoso puente de Brooklyn y llegar hasta el otro lado.
Desde allí nos quedaba un poco lejos, así que de nuevo cogíamos el metro, la línea verde hasta Canal St.,y dando un breve paseo por los barrios de Little Italy, lleno de típicos restaurantes italianos, y de Chinatown, lleno de tiendas con bolsos y relojes de imitación, llegamos al South Seaport en el muelle 17. Esta zona tenía mucho ambiente y es famosa en esta época del año por los mercadillos navideños.
Allí aprovechamos a comer y coger fuerzas para el paseo por el puente de Brooklyn. Una panorámica que observábamos y por la que apostábamos cuánto tiempo nos podría llevar recorrerlo.
Por fín estábamos frente a él, casi 2 kms de tramo que unen Manhattan con Brooklyn. Una parte estaba en obras pero eso no impidió sacar un millón de fotos y disfrutar de este magnífico paseo.El día soleado acompañaba y las vistas de Manhattan eran preciosas, el conjunto de rascacielos del distrito financiero e incluso la misma Estatua de la Libertad.
Ahora puedo decir que fue una de las cosas que más disfrute de los días que pasamos en Nueva York, aunque creo que no fui la única...
Al otro lado se encuentra DUMBO Park, por el que dimos una vuelta. Empezábamos a notar el cansancio y la temperatura empezaba a descender, buscamos una de esas cafeterías apetecibles para tomar algo caliente y hacer tiempo antes de irnos a conocer el barrio Dycker Heights en Brooklyn.
La luz comenzaba a caer y estando a tan escasos metros del puente de Brooklyn, corrimos de nuevo hasta allí para no perdernos la puesta de sol. Podía pedirse más! Que vistas!
¿Por qué ir a Dycker Heights en Navidad?
Dycker Heights es un barrio vecindario al sur de Brooklyn, muy conocido en estas fechas navideñas porque sus vecinos compiten por quién tiene su casa mejor decorada y más iluminada. Vamos totalmente de película!
Desde luego en estas fechas, solo por lo curioso del sitio merece la pena intentar hacer un hueco si se planea estar varios días en la ciudad de Nueva York.
No es difícil llegar, la excursión puede hacerse perfectamente por libre. El billete sencillo si no tenéis la Metrocard son sólo $2,25. Nosotros cogimos la línea D y bajamos en la 71St. Desde allí son 15-20 minutos andando hasta las mejores calles que son de la 83 a la 86 con las Avds. 11-13., aunque en el trayecto ya se verán un montón de casas iluminadas.
Reconozco que cuando bajamos del metro todo estaba muy solitario y oscuro, y daba un poco de yuyu, pero es un barrio muy tranquilo y seguro.
La única pega que tiene la excursión es que lleva bastante tiempo llegar hasta allí, rondando la hora si se viene desde el centro de Manhattan.Sin duda para lo que es esta visita al barrio de Dyckers Heights no merece la pena una excursión contratada por $55, lo que me parece un robo a mano armada!
Después de tanta tranquilidad volvíamos al bullicioso y caótico Times Square, donde a la salida del metro tuvimos la suerte de vivir ese momento tan auténtico de un grupo de chicos bailando breakdance en la estación. Fans, como somos, del "bailoteo" y todo lo que sea mover el esqueleto no pudimos resistirnos el quedarnos a ver el espectáculo!
Ahora lo importante era buscar un sitio donde cenar , y aquí tengo que decir que nos quedamos con muchas ganas de ir a Ellen's Stardust Dinner. Un sitio que habíamos leído como recomendado y muy original. Local ambientado en los años 50 donde los camareros cantan y se suben por las barras y mesas mientras sirven la comida. Desgraciadamente hoy era nuestro tercer intento pensando que si era tarde quizá sería más fácil, pero no... sea la hora que sea siempre encontrábamos colas que daban la vuelta a la manzana! Supongo que habrá que dejarlo para otro viaje a Nueva York.
Cansados, cruzamos y escapamos de la locura que es el Times Square, y nos conformamos con una triste comida que nos dieron en uno de los poco restaurantes ya abiertos cerca del hotel. Ya solo deseábamos llegar para descansar!!!
to be continued...
Artículos relacionados con este viaje :
1º New York, New York
2º La Gran Manzana en Navidad
3º La Gran Manzana en Navidad ( II Parte )
4º La Gran Manzana en Navidad ( III Parte )
5º Video : Felices Fiestas desde Nueva York
Allí aprovechamos a comer y coger fuerzas para el paseo por el puente de Brooklyn. Una panorámica que observábamos y por la que apostábamos cuánto tiempo nos podría llevar recorrerlo.
Por fín estábamos frente a él, casi 2 kms de tramo que unen Manhattan con Brooklyn. Una parte estaba en obras pero eso no impidió sacar un millón de fotos y disfrutar de este magnífico paseo.El día soleado acompañaba y las vistas de Manhattan eran preciosas, el conjunto de rascacielos del distrito financiero e incluso la misma Estatua de la Libertad.
Ahora puedo decir que fue una de las cosas que más disfrute de los días que pasamos en Nueva York, aunque creo que no fui la única...
Al otro lado se encuentra DUMBO Park, por el que dimos una vuelta. Empezábamos a notar el cansancio y la temperatura empezaba a descender, buscamos una de esas cafeterías apetecibles para tomar algo caliente y hacer tiempo antes de irnos a conocer el barrio Dycker Heights en Brooklyn.
La luz comenzaba a caer y estando a tan escasos metros del puente de Brooklyn, corrimos de nuevo hasta allí para no perdernos la puesta de sol. Podía pedirse más! Que vistas!
¿Por qué ir a Dycker Heights en Navidad?
Dycker Heights es un barrio vecindario al sur de Brooklyn, muy conocido en estas fechas navideñas porque sus vecinos compiten por quién tiene su casa mejor decorada y más iluminada. Vamos totalmente de película!
Desde luego en estas fechas, solo por lo curioso del sitio merece la pena intentar hacer un hueco si se planea estar varios días en la ciudad de Nueva York.
No es difícil llegar, la excursión puede hacerse perfectamente por libre. El billete sencillo si no tenéis la Metrocard son sólo $2,25. Nosotros cogimos la línea D y bajamos en la 71St. Desde allí son 15-20 minutos andando hasta las mejores calles que son de la 83 a la 86 con las Avds. 11-13., aunque en el trayecto ya se verán un montón de casas iluminadas.
Reconozco que cuando bajamos del metro todo estaba muy solitario y oscuro, y daba un poco de yuyu, pero es un barrio muy tranquilo y seguro.
La única pega que tiene la excursión es que lleva bastante tiempo llegar hasta allí, rondando la hora si se viene desde el centro de Manhattan.Sin duda para lo que es esta visita al barrio de Dyckers Heights no merece la pena una excursión contratada por $55, lo que me parece un robo a mano armada!
Después de tanta tranquilidad volvíamos al bullicioso y caótico Times Square, donde a la salida del metro tuvimos la suerte de vivir ese momento tan auténtico de un grupo de chicos bailando breakdance en la estación. Fans, como somos, del "bailoteo" y todo lo que sea mover el esqueleto no pudimos resistirnos el quedarnos a ver el espectáculo!
Ahora lo importante era buscar un sitio donde cenar , y aquí tengo que decir que nos quedamos con muchas ganas de ir a Ellen's Stardust Dinner. Un sitio que habíamos leído como recomendado y muy original. Local ambientado en los años 50 donde los camareros cantan y se suben por las barras y mesas mientras sirven la comida. Desgraciadamente hoy era nuestro tercer intento pensando que si era tarde quizá sería más fácil, pero no... sea la hora que sea siempre encontrábamos colas que daban la vuelta a la manzana! Supongo que habrá que dejarlo para otro viaje a Nueva York.
Cansados, cruzamos y escapamos de la locura que es el Times Square, y nos conformamos con una triste comida que nos dieron en uno de los poco restaurantes ya abiertos cerca del hotel. Ya solo deseábamos llegar para descansar!!!
to be continued...
Artículos relacionados con este viaje :
1º New York, New York
2º La Gran Manzana en Navidad
3º La Gran Manzana en Navidad ( II Parte )
4º La Gran Manzana en Navidad ( III Parte )
5º Video : Felices Fiestas desde Nueva York
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