Cuenta la leyenda que en el siglo XVII existió un príncipe indio de la dinastía mogola llamado Sha Jahan, en adelante Sha. Su familia era tan rica que era casi imposible poder abarcar toda su riqueza. Un buen día, paseando por los bazares, conoció a una princesa de tan sólo 15 años de edad, hija del Primer Ministro de la Corte, llamada Tage Mehale. El joven quedó totalmente prendado de su belleza e intentó conquistarla. Preguntó por el collar que en ese momento ella se estaba probando y sin dudarlo un segundo lo compró y se lo regaló. Aquel collar era de diamantes y le costó al príncipe 10.000 rupias (unos 142€ que por el año 1600 era muchísimo dinero). La princesa, ante tal presente, cayó locamente enamorada del joven. Aquel día sus vidas se cruzaron por primera y última vez ya que tuvieron que pasar 5 años para poder casarse. Fue una boda como no hubo otra en toda la historia. Aunque no era la primera de sus mujeres sí que fue nombrada la Elegida del Palacio. Años después el príncipe fue nombrado Rey del Mundo y gobernó durante años en paz. Todo parecía sacado de un cuento de hadas hasta que un día la Elegida, al dar a luz a su 14º hija no pudo resistir el parto y murió. No se le ocurrió otra cosa a la reina que pedirle a su amado un último deseo antes de morir, que le construyese una tumba como no había otra en el mundo entero. Ya muerta la esposa, el Rey mandó construir el monumento con más de 20.000 obreros traídos de todo el mundo. Contrató al mejor arquitecto que había en aquel momento y mató a su mujer para que al diseñar la tumba pudiera tener una mejor percepción del sentimiento que el Rey tenía. Una vez la obra estuvo terminada, y como guinda del pastel, mandó cortar las manos de todos los obreros para que no pudieran volver a construir algo parecido.
viernes, 27 de febrero de 2015
Agra y el Taj Mahal, una historia de amor contada a medias
Cuenta la leyenda que en el siglo XVII existió un príncipe indio de la dinastía mogola llamado Sha Jahan, en adelante Sha. Su familia era tan rica que era casi imposible poder abarcar toda su riqueza. Un buen día, paseando por los bazares, conoció a una princesa de tan sólo 15 años de edad, hija del Primer Ministro de la Corte, llamada Tage Mehale. El joven quedó totalmente prendado de su belleza e intentó conquistarla. Preguntó por el collar que en ese momento ella se estaba probando y sin dudarlo un segundo lo compró y se lo regaló. Aquel collar era de diamantes y le costó al príncipe 10.000 rupias (unos 142€ que por el año 1600 era muchísimo dinero). La princesa, ante tal presente, cayó locamente enamorada del joven. Aquel día sus vidas se cruzaron por primera y última vez ya que tuvieron que pasar 5 años para poder casarse. Fue una boda como no hubo otra en toda la historia. Aunque no era la primera de sus mujeres sí que fue nombrada la Elegida del Palacio. Años después el príncipe fue nombrado Rey del Mundo y gobernó durante años en paz. Todo parecía sacado de un cuento de hadas hasta que un día la Elegida, al dar a luz a su 14º hija no pudo resistir el parto y murió. No se le ocurrió otra cosa a la reina que pedirle a su amado un último deseo antes de morir, que le construyese una tumba como no había otra en el mundo entero. Ya muerta la esposa, el Rey mandó construir el monumento con más de 20.000 obreros traídos de todo el mundo. Contrató al mejor arquitecto que había en aquel momento y mató a su mujer para que al diseñar la tumba pudiera tener una mejor percepción del sentimiento que el Rey tenía. Una vez la obra estuvo terminada, y como guinda del pastel, mandó cortar las manos de todos los obreros para que no pudieran volver a construir algo parecido.
jueves, 19 de febrero de 2015
Amritsar y el Templo de Oro
Comenzamos nuestra ruta por el norte de India y nos vamos hasta Amritsar, en el estado de Punyab, en la frontera con Pakistán. Este sitio queda un poco a desmano en cualquier ruta, pero el Golden Temple junto al Taj Mahal es otra de las maravillas que hay que ver en este país, y que recibe aún más visitas que el que ya todos conocemos!
sábado, 14 de febrero de 2015
Caótica Nueva Delhi
Nueva Delhi, nuestra primera ciudad en India, nos daba la bienvenida. Una ciudad grande, caótica, ruidosa, polvorienta, y sucia. Algunos viajeros en cuanto llegan intentan huir lo más pronto posible de ella, otros alargan unos días la estancia y es que hay mucho que ver en ella .
¿Y a nosotros nos gustó? Pues con la descripción anterior, podría decirse que no es una ciudad muy acogedora, pero es que esto es India. Suponíamos que al ser la capital, como todas las capitales, el caos iba a ser mayor, pero aún así decidimos quedarnos 3 días, habituarnos a los cambios, aprender a movernos, y adaptarnos a las situaciones. A partir de ahora hay muchas cosas que van a dejar de ser como nosotros entendemos que deben de ser.
viernes, 6 de febrero de 2015
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