martes, 12 de abril de 2016

Hasta la Conchinchina II - Can Tho y los mercados flotantes


Cruzar la frontera Camboya - Vietnam, navegando por el delta del Mekong hasta la Conchinchina, había sido toda una odisea! Más de 12h. de viaje y allí estábamos nosotros, en aquella carretera oscura, cansados y hambrientos de todo el día. Menos mal (pensábamos) que habíamos reservado por primera vez algo, y no teníamos que lidiar con el tema del alojamiento a nuestra llegada a Can Tho...




En busca del alojamiento fantasma


Nuestro Maps.me nos decía que a menos de 500m se encontraba el guesthouse que habíamos reservado, Thien Long Guest House. Esperábamos no tener ninguna sorpresa más, aunque para bien o para mal, según como se mirara en esas circunstancias, al menos no estaba aún pagado, y ni siquiera Booking nos había pedido el número de la tarjeta de crédito.

Aquella zona donde nos había dejado la mini-van estaba algo alejada del centro, como a unos 4 kms., pero teníamos "cerca" sus famosos mercados flotantes que era lo que nos había traído hasta allí. Comenzamos andar por entre callejuelas oscuras y aunque el gps indicaba que estaba ahí mismo, no había manera de encontrarlo. Por suerte, y a pesar de las horas que eran, nos cruzamos con algunas personas a las que pudimos preguntar, pero algunos no sabían y otros nos señalaban uno que no tenía el mismo nombre! Desesperados nos acercamos hasta ese hotel a ver si ellos nos podían ayudar. Allí estaban unos chavales jóvenes, que lo regentaban, con los que nos costó entendernos porque no sabían inglés, pero parecía que aquel se trataba del mismo hotel que nosotros habíamos reservado! Por qué Booking no pidió una tarjeta de crédito o por qué tenía un nombre diferente, fueron algunas de las preguntas que ya tenían respuesta a nuestra llegada a este país, y es que los vietnamitas son mucho de jugar con los nombres e incluso copiarse entre ellos, sobretodo si saben que el de al lado tiene más éxito! Supongo que precisamente por esa reputación, Booking se cura en salud en ciertos tipos de alojamientos, no cogiendo datos bancarios. 

Bueno, el caso es que nosotros teníamos que dormir en algún lado y además teníamos hecha una reserva en ese hotel que tenía otro nombre, un detalle que al final ya nos daba igual. Ellos asentían, luego negaban, hasta que al final con el amigo de uno de ellos que chapurreaba algo en inglés le enseñamos la reserva que llevábamos en el móvil, y mucho sí, sí con la sonrisa, pero decían que el precio que aparecía en la web no!!! Pero esto qué es??!! Así que aún nos tocó regatear, y aunque nos salió algo más de lo que queríamos pagar, no nos quedó mas remedio. Estábamos sin dinero, no se podía pagar con tarjeta de crédito. No había otras opciones de alojamiento en aquella zona, y tampoco había cajeros!!! Menos mal que llegamos a un acuerdo con los dólares que nos quedaban y aceptaron cogérnoslos! Con los dos míseros dólares que nos sobraron nos dimos una vuelta para comprar algo de beber y hasta en uno de los puestos callejeros, por pena, nos regalaban una de sus típicas sopitas (Bun Bo Hue) para llevarnos algo al estómago aquella noche, aunque la verdad estábamos tan cansados que hasta el hambre se nos había pasado. Penoso! Pa' reír o pa' llorar de la situación tan surrealista...

El hotel efectivamente era el mismo que aparecía en Booking, bastante correcto y limpio, pero con un precio diferente y no sólo lejos del centro de Can Tho sino también lejos de los mercados flotantes, algo que en su descripción aseguran que estaban cerca.

Sobre la excursión a los mercados flotantes no habíamos mirado nada de cómo ir antes de llegar porque pensamos siempre que nos podríamos acercar caminando, o sino al ser algo tan típico de Can Tho seguro el alojamiento nos daría opciones, algo que tampoco ocurrió. La única posibilidad era que nos acercaran a cada uno con sus motos, y no nos parecía que saliera tan barato. Bueno, pues otro despropósito más del día. Lo mejor sería irse a dormir y descansar lo máximo posible, porque mañana nos olíamos que sería un día intenso de mochila y caminar. De momento los mercados flotantes tendrían que esperar un día más, porque lo primero que teníamos que conseguir era dinero!




De pobre a millonario en cuestión de horas


Amanece un nuevo día y algo más descansados, nos decidimos colocar las mochilas e ir en busca de un cajero y un nuevo sitio donde quedarnos. Los mercados flotantes estaban apartados de todo, muy lejos del centro de Can Tho y aún a casi 6 kms de donde estábamos!!! Este fue uno de esos días en los que se te ponen los pelos como escarpias de pensar todo lo que vas a caminar con la mochila a la espalda y sin nada en el estómago.

Lo peor es no saber muy bien ni la distancia que te queda, ni el tiempo que te va a llevar. Sólo sabes que cuando llevas más de media hora, con un plan sin plan, empiezas a preguntarte por qué estas ahí, y si fue tan buena idea venir a Vietnam. Entonces entre tanto pensamiento y súplica de repente lo ves...un Makro!!! Te es familiar, te suena. Sí, es esa cadena de supermercados de compras al por mayor que también hay en Europa. Esto sólo significa por un lado comida, y por otra la posibilidad de que exista un cajero dentro donde poder sacar dinero. Efectivamente, nuestros deseos eran satisfechos por partida doble.

La toma de contacto con la moneda vietnamita, los dongs, fue bastante peculiar. Primero os diré que 1 euro son 25.300 dongs, así que cuando marcas una cantidad que crees aparentemente decente en el cajero, de repente en el país de los dongs uno solo empieza a ver ceros, hasta el punto que se convierten en millones. Te empiezan a subir los calores y a ponerte nervioso, y te aseguras una y otra vez de que esa sea la cantidad correcta antes de darle al botón de aceptar. A continuación, para dejar patente que no dominas la moneda, entras en el supermercado a comprar algo, y al ver el ticket con las vueltas te das cuenta que estos vietnamitas listos redondean en las vueltas y se quedan con 500 dongs. Tú que estas en alerta con los vietnamitas por la especial bienvenida que has tenido en el país, piensas, ¡a mi me las van a dar! Reclamas lo tuyo, la cajera te mira con ojos extrañados y te enseña diciendo que no tiene cambio. Tu insistes, porque lo tuyo es tuyo, que busque cambio si es necesario. Al final apurada la cajera le pide a la siguiente que va a pagar que me lo dé, y ahora soy yo la que me quedo con cara de póker. 

Al salir y contárselo a Guillermo me dice que 500 dongs son menos 0,03!
... Uuuppss! Me parece que no hice bien las cuentas.


Can Tho y los mercados flotantes


Con el estómago lleno todo se ve diferente, y aunque aún nos quedaba pateada, solucionamos antes de lo que esperábamos el problema del alojamiento. Aquí nos dimos cuenta que hablar inglés en Vietnam nos iba a valer de muy poco porque nadie nos entendía, así que gracias a la recepcionista de nuestro siguiente alojamiento la aplicación de google translator fue un recurso de gran utilidad a partir de entonces.

Aquella tarde la dedicamos para pasear por el centro de Can Tho, y nos sentimos bastante extraterrestres. Todos nos miraban y sonreían, eramos los únicos extranjeros, y aunque sus mercados flotantes son muy populares, nuestra impresión es que los que se acercan hasta allí, vienen sólo a ver esto, probablemente en algo organizado, y se van. 

El mercado flotante Cai Rang es uno de los que tiene más actividad del Delta del Mekong, y se encuentra al suroeste de la ciudad, a unos 7 kms. Por suerte, nosotros ya estábamos mejor ubicados aunque aún tendríamos que andar un ratito de buena mañana. Y es que si quieres ver el mercado en plena actividad prepárate para madrugar. Suele empezar hacia las 5:00 am y acabar a las 11:00 am, siendo la mejor hora las 7-8 am, por lo que hay que despertarse antes que las gallinas.


Cerca del puente de Cai Rang hay un embarcadero desde donde salen las barcas turísticas, con precios fijos que aparecen rotulados en paneles. Nosotros que en esos momentos del viaje ya nos habíamos vuelto muy agarrados y mirábamos cada dong que nos gastábamos, nos pareció que nos pedían bastante, así que callejeando por las casas de entre el embarcadero conseguimos que finalmente un local nos llevara con su barco por menos de la mitad de los que hubiéramos pagado de la otra manera. Estuvimos hora y media, y nos costó 100.000 dongs, es decir, unos 4 euros aproximadamente, al cambio que teníamos en aquel momento. Personalmente, creo que el tiempo que estuvimos fue más que suficiente para ver el ambiente que queríamos ver.


El mercado estaba lleno de barcos que vendían frutas, verduras, hortalizas y bebidas. De vez en cuando se acercaban hasta nuestra barca para ofrecernos cosas, desde una simple fruta o café, hasta una sopa recién hecha en el momento. Vamos que a pesar del madrugón, uno puede desayunar perfectamente allí.

Cada barco llevaba un palo bien largo, en alguna zona visible, y de él colgaba la clase de producto que vendía, de esa manera aunque estuviera un poco lejos se podía saber que era lo que tenían.


El paseo en barca por el mercado flotante Cai Rang, fue un momento de satisfacción. Se nos había resistido, y nosotros casi desistido en el intento por conseguirlo; pero ahí estábamos, tan contentos disfrutando de aquel momento, que hasta se nos habían olvidado todos esos traspiés que Vietnam nos había puesto a nuestra llegada.


Con esto poníamos fin a Can Tho. A la vuelta a nuestro hotel, solo nos quedaba recoger y esperar a que pasara nuestro autobús que nos llevaría hasta Ho Chi Min. 

*Info útil : Precio bus Can Tho - Ho Chi Min 115.000 VND. Se tarda unas 4h. aproximadamente.
La estación de autobuses no está en el centro por lo que toca coger otro bus (5.000 VND) y cuidado porque intentan cobrarte un billete más por mochila, porque dicen que ocupan mucho!



Artículos relacionados con este viaje:
 2º Hasta la Conchinchina II - Can Tho y los mercados flotantes

2 comentarios:

  1. Desde luego que no entrasteis con buen pie en Vietnam!!! Y eso de que el hotel tuviese un nombre distinto al de Booking...muy fuerte!!! Menos mal que conseguisteis que no os timasen los 0,03€ en el super, jajaja!!!

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    Respuestas
    1. jajjaja ya te digo, un gran ahorro para el viaje! Yo creo que la cajera tuvo que flipar, pero es que tal como empezamos una ya se vuelve desconfiada XD

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