Cambiamos el azul intenso de las islas Perhentian por el verde más verde de Cameron Highlands. Y así agradeciendo un poquito el frescor, llegamos a las tierras altas de Malasia, situadas en pleno centro de Malasia peninsular, a una altitud de 1500-1800 m sobre el nivel del mar, el punto más alto de este país. Un paisaje que atrae a muchos viajeros con ganas de hacer trekkings, adentrarse en la jungla, y sumergirse entre los mantos verdes de plantaciones de té.
Nuestro bus nos dejó frente al alojamiento que habíamos oído a otros viajeros, el Father's Guesthouse. El sitio estaba bastante bien, habitaciones limpias y con baño. El precio nos parecía algo alto, 85 ringgits por noche, unos 20€, pero lloviendo como estaba y un poco hartos de habitaciones cutres, sentíamos la necesidad de quedarnos por fin en algo así. Además, con un decente armario, aparentemente limpio, pude sacar todas las pertenencias de mi mochila para así llevarla a lavar. El día que abandonamos las Islas Perhentian, como colofón a nuestra estancia, un gato me meo toda la mochila, y llevaba un pestazo insoportable encima! Mira que soy una fan de los gatos, pero los malayos, desde luego no eran conmigo muy "friendlies" , pues no era la primera vez que me meaban!!!
Trekkings en Cameron Highlands
Son numerosas las rutas que hay para explorar las tierras de Cameron Highlands, aproximadamente unas 13, de diferente dificultad y duración. Muchas quedaban por la zona de Tanah Rata, cerca de donde nos alojábamos y otras algo más al norte de la población de Brinchang. Os dejo aquí un mapa, aunque no es muy buena la foto, con las posibles rutas. Podéis adquirir uno en cualquier tienda por 1€.
Para orientarnos un poco con las excursiones que queríamos hacer nos fijamos en las que organizaban en nuestro alojamiento. Algunos de los sitios más típicos de la zona eran Mount Brinchang, Mossy Forest y las plantaciones de té. Estos tres sitios quedaban bastante cerca entre sí , así que en algunas excursiones de todo el día las abarcaban en la misma, y nosotros consideramos el poder hacerlo por libre. Otras excursiones que se ofrecían eran las que visitaban las granjas de fresas, de abejas, de orquídeas, de mariposas... Vamos que la oferta de qué hacer en Cameron Highlands era interminable.
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Viendo que el tiempo estaba regular y que los precios de los alojamientos seguían siendo altos para lo que estábamos acostumbrados, decidimos quedarnos solo un par de días. Lo justo, para si el tiempo lo permitía hacer alguna excursión, meternos por la jungla y ver los famosos campos de té.
El primer día, valientes nosotros, y pensando también, que bien preparados después de subir al Annapurna en Nepal, nos aventuramos hacer Mount Brinchang, Mossy Forest y las plantaciones de té. Una ruta circular que quedaba al norte de Brinchang. Sabíamos que tendríamos unas cuántas horas de pateada y que probablemente nos llevaría prácticamente todo el día.
Entre las poblaciones de Tanah Rata y Brinchang había autobuses, aunque una vez allí no sabíamos muy bien donde empezaría realmente la ruta nº1, porque se veía bastante más arriba. Habíamos escuchado que el autostop en esta zona era bastante fácil, así que probamos en un cruce al principio del pueblo y en pocos minutos dio resultado. Una amable mujer, que iba de camino hasta Brinchang nos dejaba en el pueblo vecino, aunque una vez allí nos costó un poco más encontrar a alguien que nos subiera más arriba donde comenzaba la ruta.
Mount Brinchang
Su fama se debe a que es el punto más alto de Malasia, situado a 2.032 m sobre el nivel de mar. El trekking en cuestión es un poco durillo, con bastante desnivel, y el camino si encima ha llovido recientemente es bastante resbaladizo.
Lo peor de todo es que a penas estaba señalizado, más que el cartel que vimos al principio, así que a veces viendo la dificultad, nos preguntábamos si sería la dirección correcta. Solo vimos a otros dos colgados más haciendo la misma locura que nosotros, y con las mismas dudas.
Trepando por las resbaladizas raíces |
Llegamos arriba llenos de barro y mierda, para encontrarnos con una torre eléctrica desde la cual se obtenía una buena panorámica, aunque hubiera sido mejor si hubiera estado más despejado. Una vez allí arriba nos dimos cuenta que lo que hacían los que iban en excursión era subir por la carretera asfaltada en bus y apreciar simplemente las vistas.
(* Escribiendo este post encontré en la web de Cameron Highlands el grado de dificultad de cada trekking, siendo este "difícil" y sugiriendo en algunos mapas hacerlo con guía. Personalmente no lo recomiendo ya que puedes llegar arriba de otra forma, y si quieres disfrutar de trekking recomiendo mucho más Mossy Forest)
Se trata del bosque más antiguo de la zona, y aunque el trayecto está muy preparado para el turista, merece la pena entrar. Llegamos desde Mount Brinchang por la carretera asfaltada, no estaba muy lejos.
Mossy Forest es un bosque húmedo, cubierto de musgo. Su frondosa vegetación, y la niebla espesa que lo envuelve en muchos momentos, le da un aire misterioso e incluso tenebroso. Totalmente de película.
Plantaciones de Té
Uno de los típicos paisajes que ofrece Cameron Highlands son sus extensas plantaciones de té. Un ondulante manto verde cubre las colinas, ofreciendo una panorámica espectacular frente a tus ojos.
En nuestro camino de vuelta desde Mossy Forest, pudimos contemplar tal maravilla. El camino era fácil ya que lo hacíamos de bajada, por la carretera asfaltada, por la que accedían todos los coches. Desde luego la parte buena de no haber decidido hacerla en tour, es que íbamos totalmente a nuestro aire. He de confesar que también estábamos bastante cansados de tanta caminata, pero conseguir alguien que nos transportara hasta abajo iba hacer que nos perdiéramos la oportunidad de parar donde quisiéramos, tomando una y mil fotos.
Pasamos frente a una de las plantaciones de té más famosas, las de Boh, y nos hubiera encantado visitar la fábrica, cuya entrada además es gratuita, pero los lunes estaba cerrado, así que nos conformamos con las vistas que no es poco.
La última parte conseguimos a alguien que nos transportara hasta Brinchang, donde cogimos un autobús hasta Tanah Rata.
En busca de la Rafflesia
La Rafflesia es la flor más grande del mundo y este es uno de los pocos sitios donde se puede ver, así que nuestra curiosidad nos llevó a la búsqueda de la dichosa flor. No es una flor que parezca en principio que pueda pasar desapercibida, pues puede llegar a tener un diámetro de 100 cm y un peso de 10 kg. Sin embargo, es bastante difícil dar con ella, diríamos que es casi imposible conseguir verla si uno va por libre, así que en esta ocasión necesitamos contratar un tour. La dificultad de encontrarla es que su floración es muy corta, tarda una semana en abrir y a los tres días ya ha muerto! Casualmente tuvimos la ocasión de encontrarnos una en el camino en ese proceso, y su tamaño ya apuntaba maneras.
Estas excursiones veréis que las ofrecen en muchos sitios en la calle principal de Tanah Rata, pero hay que leer bien que se ofrece, y que entra o no en el precio. Nuestro tour fue bastante raro, éramos sólo nosotros dos y nos vinieron a recoger en taxi! Estábamos un poco flipados, pero bueno así evitábamos ir en manada. El lugar al que nos llevó estaba un poquito alejado, y tuvimos que meternos por medio de la jungla.
A pesar de ser sólo dos, íbamos a un paso bastante ligerito que acabo convirtiéndose en casi carrera cuando nuestro amazonas que llevábamos por guía vio que venía otro grupo. Entonces, aquello se convirtió en todo un desafío por ver que guía daba con ella antes y ver si conseguíamos despistar a los otros para que no dieran con ella! Increíble! A todo esto estábamos siendo devorados sin compasión por todo tipo de bichos y aquel no nos dejaba parar ni parar echarnos más loción antimosquitos. Nuestro guía hasta sanguijuelas se tuvo que quitar de encima!
Todo eso, junto con que Guillermo acabó con sus dos pies metidos en el río, y que temía que una serpiente se cruzara por su camino, fue lo justo para que sentenciara que en este viaje ya había tenido bastante de junglas y que no le gustaban. Yo sólo agradecí no haber decidido ir a Taman Negara, e ir a Cameron Highlands, que parecía un poco más light. Quizás en otra ocasión, y ahora que ha pasado tiempo, consiga engañarle jejejeje
Al final toda aquella carrera de un par de horas para encontrar una sola flor que ya estaba según nuestro guía un poco pachucha... Bueno, no estuvo mal pero no sabría decir si mereció la pena tanto. El precio del tour fue 65 ringgits, unos 16€ por persona.
Al acabar la ruta por la jungla se suponía que nos quedaba la visita a un pueblo aborigen y dónde podríamos ver como cazaban con una especie de cerbatanas de caña y unos dardos venenosos, pero nuestro guía tenía prisa por volver, y decía que no entraba dentro de la excursión y que si lo hacíamos teníamos que pagar. Menos mal que cómo ya sabemos como se las gastan a veces por el sudeste asiático, nos llevamos el folleto de la excursión donde decía lo que incluía. Al final, aquello no era ni pueblo ni nada, tres tíos en medio de la carretera haciendo el paripé con la cañita para el turista, y con los que te haces la foto de rigor. A la vuelta comentamos lo ocurrido donde contratamos la excursión y nos dijeron que es que nuestro guía era nuevo, algo que más tarde nos enteramos que es práctica habitual en algunos establecimientos, así que cuidado al contratar...
Agroturismo por las granjas de fresas
Un poco antes de llegar a Brinchang por el norte, toda la carretera estaba llena de invernaderos de fresas, mercados de frutas, y era también aquí dónde se encontraba el mariposario, la granja de abejas y otras atracciones más. A la vuelta de nuestro tour en busca de la rafflesia empezamos a ver coches mal aparcados a ambos lados del arcén que no pudieron resistirse parar ante tal oferta, y nosotros aprovechando que pasábamos por allí tampoco quisimos perdernos la visita a alguno de los invernaderos de fresas, así que pedímos a nuestro guía que nos dejara allí en vez de Tanah Rata.
Si aquí están todos tan locos por las fresas, digo yo que habrá que probarlas, no?
Pues allá que nos fuimos a uno de esos inmensos Strawberry Farms, dónde además puedes participar de recogerte tu mismo las fresas o de probar cualquier tipo de comida, batido, dulce o lo que se te antoje hecho de fresa. Toda una experiencia para el paladar, porque las fresas estaban buenísimas!
Y así fue cómo sacamos provecho a nuestra estancia en Cameron Highlands, y decidimos continuar nuestro viaje poniendo rumbo a Penang.
Artículos relacionados con este viaje:
1º Kuala Lumpur, mezcla exótica y cultural
2º Por qué no nos gustaron las Islas Perhentian
3º Cameron Highlands, verde que te quiero verde
Uno de los típicos paisajes que ofrece Cameron Highlands son sus extensas plantaciones de té. Un ondulante manto verde cubre las colinas, ofreciendo una panorámica espectacular frente a tus ojos.
En nuestro camino de vuelta desde Mossy Forest, pudimos contemplar tal maravilla. El camino era fácil ya que lo hacíamos de bajada, por la carretera asfaltada, por la que accedían todos los coches. Desde luego la parte buena de no haber decidido hacerla en tour, es que íbamos totalmente a nuestro aire. He de confesar que también estábamos bastante cansados de tanta caminata, pero conseguir alguien que nos transportara hasta abajo iba hacer que nos perdiéramos la oportunidad de parar donde quisiéramos, tomando una y mil fotos.
Pasamos frente a una de las plantaciones de té más famosas, las de Boh, y nos hubiera encantado visitar la fábrica, cuya entrada además es gratuita, pero los lunes estaba cerrado, así que nos conformamos con las vistas que no es poco.
La última parte conseguimos a alguien que nos transportara hasta Brinchang, donde cogimos un autobús hasta Tanah Rata.
En busca de la Rafflesia
La Rafflesia es la flor más grande del mundo y este es uno de los pocos sitios donde se puede ver, así que nuestra curiosidad nos llevó a la búsqueda de la dichosa flor. No es una flor que parezca en principio que pueda pasar desapercibida, pues puede llegar a tener un diámetro de 100 cm y un peso de 10 kg. Sin embargo, es bastante difícil dar con ella, diríamos que es casi imposible conseguir verla si uno va por libre, así que en esta ocasión necesitamos contratar un tour. La dificultad de encontrarla es que su floración es muy corta, tarda una semana en abrir y a los tres días ya ha muerto! Casualmente tuvimos la ocasión de encontrarnos una en el camino en ese proceso, y su tamaño ya apuntaba maneras.
A pesar de ser sólo dos, íbamos a un paso bastante ligerito que acabo convirtiéndose en casi carrera cuando nuestro amazonas que llevábamos por guía vio que venía otro grupo. Entonces, aquello se convirtió en todo un desafío por ver que guía daba con ella antes y ver si conseguíamos despistar a los otros para que no dieran con ella! Increíble! A todo esto estábamos siendo devorados sin compasión por todo tipo de bichos y aquel no nos dejaba parar ni parar echarnos más loción antimosquitos. Nuestro guía hasta sanguijuelas se tuvo que quitar de encima!
Este era de los bichitos amistosos |
Todo eso, junto con que Guillermo acabó con sus dos pies metidos en el río, y que temía que una serpiente se cruzara por su camino, fue lo justo para que sentenciara que en este viaje ya había tenido bastante de junglas y que no le gustaban. Yo sólo agradecí no haber decidido ir a Taman Negara, e ir a Cameron Highlands, que parecía un poco más light. Quizás en otra ocasión, y ahora que ha pasado tiempo, consiga engañarle jejejeje
El intrepitus Guillermo |
Al final toda aquella carrera de un par de horas para encontrar una sola flor que ya estaba según nuestro guía un poco pachucha... Bueno, no estuvo mal pero no sabría decir si mereció la pena tanto. El precio del tour fue 65 ringgits, unos 16€ por persona.
Al acabar la ruta por la jungla se suponía que nos quedaba la visita a un pueblo aborigen y dónde podríamos ver como cazaban con una especie de cerbatanas de caña y unos dardos venenosos, pero nuestro guía tenía prisa por volver, y decía que no entraba dentro de la excursión y que si lo hacíamos teníamos que pagar. Menos mal que cómo ya sabemos como se las gastan a veces por el sudeste asiático, nos llevamos el folleto de la excursión donde decía lo que incluía. Al final, aquello no era ni pueblo ni nada, tres tíos en medio de la carretera haciendo el paripé con la cañita para el turista, y con los que te haces la foto de rigor. A la vuelta comentamos lo ocurrido donde contratamos la excursión y nos dijeron que es que nuestro guía era nuevo, algo que más tarde nos enteramos que es práctica habitual en algunos establecimientos, así que cuidado al contratar...
Agroturismo por las granjas de fresas
Un poco antes de llegar a Brinchang por el norte, toda la carretera estaba llena de invernaderos de fresas, mercados de frutas, y era también aquí dónde se encontraba el mariposario, la granja de abejas y otras atracciones más. A la vuelta de nuestro tour en busca de la rafflesia empezamos a ver coches mal aparcados a ambos lados del arcén que no pudieron resistirse parar ante tal oferta, y nosotros aprovechando que pasábamos por allí tampoco quisimos perdernos la visita a alguno de los invernaderos de fresas, así que pedímos a nuestro guía que nos dejara allí en vez de Tanah Rata.
Si aquí están todos tan locos por las fresas, digo yo que habrá que probarlas, no?
Pues allá que nos fuimos a uno de esos inmensos Strawberry Farms, dónde además puedes participar de recogerte tu mismo las fresas o de probar cualquier tipo de comida, batido, dulce o lo que se te antoje hecho de fresa. Toda una experiencia para el paladar, porque las fresas estaban buenísimas!
Y así fue cómo sacamos provecho a nuestra estancia en Cameron Highlands, y decidimos continuar nuestro viaje poniendo rumbo a Penang.
Artículos relacionados con este viaje:
1º Kuala Lumpur, mezcla exótica y cultural
2º Por qué no nos gustaron las Islas Perhentian
3º Cameron Highlands, verde que te quiero verde
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