Las fechas escogidas fueron los festivos de la Constitución en diciembre, y el destino vino marcado por el precio más económico de easyjet en aquel momento... ¿Cuál fue el destino? GINEBRA!!!
Yo ya había estado hacia muchísimos años, nada menos que en el viaje de estudios del Instituto!!! jajajjaj, pero parecía un buen destino. Una ciudad tranquila donde pasear, con ciertos puntos de interés que visitar. Un destino que podría ser bien aprovechado para los escasos 3 días con los que contábamos.
Era en mi recuerdo la ciudad de los relojes, el chocolate y de las famosas navajas suizas ;-)
Sábado 6 Diciembre 2008
Mi avión llegaba directo desde Alicante al pequeño aeropuerto de Ginebra, el cual se encontraba a 5 km de la ciudad. Mi sorpresa al llegar fue que mi amiga Gema, que había llegado bastante antes que yo, en vez de esperarme en el centro de la ciudad, había vuelto al aeropuerto a recogerme. Aquí viene la buena noticia, y es que desde Enero del 2008 el aeropuerto ofrece transporte gratuito durante 80 minutos, sólo hay que estar atento cuando llegas en la zona de salidas, donde recoges el equipaje, y buscar las máquinas expendedoras que te dan el ticket para utilizar en cualquier transporte público de Ginebra. Atención con no salirse sin el ticket porque luego ponen problemas para volver a entrar si uno se olvida de cogerlo ;-)
Desde allí nos dirigimos a nuestro albergue, que aunque no recuerdo muy bien cuál era, sé que no estaba lejos del casco antiguo, pues no recuerdo haber tenido que coger mucho transporte...Y una vez instaladas, nos abrigamos bien y nos fuimos a patear un poco.
Una compañera de trabajo, que vivió allí durante años, me había comentado la posibilidad de que quizás podríamos coincidir con una fiesta muy importante que se celebra todos los años, L'Escalade.
La fiesta conmemora el triunfo de los ginebrinos contra los galos la noche del 11 al 12 de diciembre de 1602 en el que las tropas militares del duque de Saboya intentaron acceder a la ciudad escalandando sus murallas, de ahí el nombre de la fiesta. Cuenta la leyenda que una señora "Madre Royaume" se encontraba preparando una gran olla de verduras aquella noche y que en un gesto de valentía arrojó la marmita caliente sobre los soldados cuando pasaban por debajo de su ventana. Esto fue lo que dió la alarma de lo que estaba sucediendo y movilizó a la ciudad para combatir contra los franceses.
Hoy en día, esta señora se ha convertido en una de las principales figuras de L'Escalade, y la famosa marmita es una tradición de chocolate y mazapán, que cuando fuimos, invadía todos los escaparates y que se compara con algo tan típico como puede ser la calabaza en Halloween.
Esta marmita reúne a familiares y amigos en este festejo, en el que el más joven y el más mayor han de juntar sus puños y golpear la marmita para romperla antes de comérsela, a la vez que gritan "Y así perecerán los enemigos de nuestra República".
Durante tres días, la ciudad retrocede en el tiempo y por las calles desfilan campesinos medievales, soldados a pie y a caballo, y personajes en general de época.
Nosotras no pudimos vivir L'Escalade en su plenitud, pero aún así según nos acercábamos a la Plaza Neuve, desde donde accedíamos al casco antiguo, nos encontramos con una Ginebra de lo más festiva y animada!!! Y es que desde el primer fin de semana de diciembre, ya se puede oler el ambiente festivo.
Una de las tradiciones de todos los años con la que nos encontramos al llegar, fue el final de la famosa carrera popular de "L'Escalade". Una cita ya imprescindible para los que practican este deporte tan de moda, en la que multitud de corredores de todos los lugares recorren las calles del casco antiguo hasta el Parque de Bations; pero ahí no acaba todo pues a continuación comienza la original y divertida carrera "La Marmite" en la que gente de todas las categorías repite recorrido pero disfrazado.
Así es el panorama con el que nos encontramos...
Este día también lo aprovechamos para ver algo típico de aquí, el Museo de la Relojería, y que no podríamos hacer otro día ya que al día siguiente estaría cerrado.
Resulta que Gema había encontrado un folleto del museo durante su breve estancia sola mientras llegaba, y tenía curiosidad por ir, y bueno... yo no es que sea precisamente una aficionada a ello, pero pensé que podría ser interesante ir a echar un vistazo. Nada menos que 4 plantas de museo, para ver todo tipo de relojes, algunos que son del siglo XVI, auténticas virgerías... Después de tanto reloj y de haber disfrutado del ambientazo inesperado que nos ofrecía la "tranquila" Ginebra, el apetito se nos había despertado, y que mejor que estando allí y siendo adictas al queso...pues sí, no podía faltar... una fondue de queso para celebrar nuestro acertado viaje a Ginebra!!!!
Domingo 7 Diciembre 2008
El día anterior habíamos tenido muy pocas horas de luz para ver, es lo malo que tiene los viajes en invierno así que una vez desayunamos en el albergue nos dispusimos para darle bien al zapato ;)
Nos dirigimos hacia el puerto para pasear por la orilla del lago Leman.
El frío, a primera hora de la mañana apretaba bastante... pero aquí algunos campeones mantienen un perfecto tono físico y un cutis terso como la seda en los baños públicos, les Bains des Paquis, que se pueden encontrar en la parte más occidental del lago.
No dudamos que la experiencia de dichos baños sea única pero a nosotras se nos ponían los pelos como escarpias de pensar en meternos en las gélidas aguas del lago Leman en esta época del año. Desde allí se puede disfrutar de una bonita panorámica de la ciudad con su bello lago y su icono el Jet d'Eau.
Seguimos caminando hacia el puente Mont Blanc para poder ver de cerca del salto de agua, convertido en el emblema de la ciudad. Se trata del chorro de agua más alto del mundo, con 140 metros de altura, y el cuál se ve desde todas las partes de la ciudad que dan al lago.
No dudamos que la experiencia de dichos baños sea única pero a nosotras se nos ponían los pelos como escarpias de pensar en meternos en las gélidas aguas del lago Leman en esta época del año. Desde allí se puede disfrutar de una bonita panorámica de la ciudad con su bello lago y su icono el Jet d'Eau.
Seguimos caminando hacia el puente Mont Blanc para poder ver de cerca del salto de agua, convertido en el emblema de la ciudad. Se trata del chorro de agua más alto del mundo, con 140 metros de altura, y el cuál se ve desde todas las partes de la ciudad que dan al lago.
Uno de los grandes recuerdos que tenía de Ginebra era el famoso Reloj de Flores, que simboliza la industria relojera de su ciudad y que se encuentra en el Jardín Inglés muy cerquita de donde estábamos. El reloj de 5 metros de diámetro está compuesto por alrededor de 6.500 flores y es cambiado varias veces al año.Yo lo recordaba con muchos colores.
Aquí os dejo una foto nada menos que del ´94!! para que comparéis, pues en esta ocasión me encontré con un reloj mucho más austero y moderno. Supongo que también dependerá de la época del año...
Bueno, después de llevar más de media mañana paseando, el apetito se nos despertó, así que era hora ya de ir buscando un sitio donde tomarnos algo calentito para retomar fuerzas, y decidimos ir hacia el casco antiguo, la Vielle Ville, y aunque no es difícil entrar en calor por las cuestas...
... necesitábamos algo caliente para el cuerpo y estando en Ginebra sustituimos el cafetito caliente por algo muy típico en esta época del año, el vin chaud, un vino tinto caliente con un toque dulce que le da la canela y otras especias que le echan...
y que mejor lugar que en una de las plazas más ambientadas y antiguas de todo el casco antiguo, el Bourg de Four...
y que mejor lugar que en una de las plazas más ambientadas y antiguas de todo el casco antiguo, el Bourg de Four...
Retomadas las fuerzas continuamos por las calles empedradas hacia la catedral de San Pedro, que se encuentra en la parte más alta de la Vielle Ville, en el corazón del casco antiguo, desde donde hay una vista íncreíble de la ciudad y desde donde pudimos ver los Alpes nevados. Aquí, las dos aficionadas al esqui se nos pusieron los dientes largos...pero tan pocos días no daban para tanto jejejjeje
Un día largo de grandes pateadas y ahora desandar lo andado. Una última fondue para despedir el país y echar las últimas fotos bajo la iluminación de la noche, que pienso que también es otra manera de ver y descubrir el encanto de una ciudad... pero demasiado frío es hora de volver al albergue y recoger para despedirnos de esta encantadora, elegante y tranquila ciudad, Ginebra...
Yo me despedía de la ciudad a primera hora de la mañana, Gema horas más tarde con lo que aún le dió tiempo acercarse al famoso edificio del Palacio Naciones Unidas. Esta es otra visita casi indispensable si se va a Ginebra, que en mi caso no pudo ser, aunque no cambio por nada de los que hice, pues no deja de ser un edificio de organismos oficiales.
Y aquí queda un resumen...
con este pequeño recuerdo fotográfico...
Pero cómo te acuerdas de todo eso! Y las fotos? Me ha traído muchos recuerdos de pronto ;) Aprovechando... podrías hacer una entrada de la visita que me hiciste en París, ¿te acuerdas? La Nochevieja malograda... Si no me mataste en aquélla ya puedo hace lo que sea!
ResponderEliminarUn besote. Me encanta el blog.
Jajjjajajja...hasta yo me sorprendo de haber conseguido acabar esta entrada después de los años que han pasado!!!...serán las fotos y la cantidad de papelitos y chorraditas que una se guarda ;-) Que sepas que cojo nota de tu petición, pero ahora se me acumula la faena porque tengo varias pendientes por escribir, a ver si sacó tiempo... Me alegro de que te guste el blog! 1 besito,wapa
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